martes, 3 de abril de 2012

Volvámonos locos.

Volvámonos locos. Salgamos a hacer locuras, vivir, amar. Que nadie entienda el por qué de nuestros pies descalzos o de nuestros saltos. Corramos. Mojémonos con el agua de la fuente y perdamos el control del tiempo.
Vivamos sin ataduras. Perdamos la cordura y armemónos de valor para enfrentarnos a la locura.
Brinquemos por la ciudad parándonos en cada puesto de palomitas. Demos de comer a los patos comida de conejos. Volvámonos locos.
Sorbamos el aire de madrugada, cantemos sonatas bajo la luz de la Luna. Soñemos que el color de los ojos cobra más sentido que el de la piel, que no hay guerras.
Pensemos que no hay nada que nos pare, sáltemonos las reglas durante un día entero. Vistámonos del revés y andémos con la cabeza bien alta creyéndonos importantes.
Metámonos dentro de una caja de cartón, esperémos a que alguien llegue y démosle un susto. Parémonos en cada parque a reír y contemos chistes como si eso fuera a solucionar el mundo. Volvámonos locos.
Contagiemos a cada persona con nuestra locura, hagámos que la gente sonría al vernos, que nos miren. Disfrutémos de la vida hoy como si no hubiese un mañana que vivir. Crucemos la calle únicamente por las rayas blancas, vivamos un sinsentido.
Juguémos a querernos pero de manera distinta: yo te querré los años pares y tú los impares. Bailémos bajo la lluvia y entonces persigámonos corriendo.
Tirémonos a los charcos como si de mares profundos se tratase. Miremos al horizonte mientras se empapa nuestra ropa. Andémos mojados por las calles de Madrid y mirémonos en cada reflejo.
Volvámonos locos. Hablemos durante horas de las golosinas y cada vez que alguien nombre la política cayémosle con un: -Pues a mi me encantan las piruletas.
Fumémonos el tiempo. Colémonos en una feria y conduzcamos borrachos unos coches de choque.
Escuchemos atentamente el sonido de una sirena de un coche de policía, corramos ahuyentados por el rugir del motor de un coche.
Volemos por lo alto de las nubes, durmamos un día entero. Volvámonos locos.
Cerremos los ojos y gritemos todo lo alto que podamos, fuguémonos a las afueras. Perdamos el sentido, olvidémonos de parpadear y apuntémonoslo en la mano.
Olvidémos respirar por un momento. Comámonos las flores que encontremos y esnifemos todo el colacao que podamos.
Seámos jefes de nosotros mismos, contemos cada cubo amarillo que veamos. Pongámonos veinte camisetas y regalémoslas a cada persona que sonria al escuchar nuestra canción.
Vacilemos entre la gente un día de rebajas, vayamos al museo solo para coger el mapa de la entrada.
Volvámonos locos. Vaciemos nuestra mente, olvidemos lo que sabemos; empezemos a vivir la vida tal y como queremos; aprendamos a amar, y entonces, nos volveremos locos.