martes, 22 de mayo de 2012

Aprende a querer y resérvate el derecho de amar.


Dejas de sentir. Por unos instantes te olvidas de todo. No importa nada, ni siquiera él. Su imagen deja de perforar tus retinas,y el dulce sonar de su voz se convierte en un profundo silencio, tanto, que el paso del aire se confunde con un inmenso terremoto. ¿Os lo imaginais? El más truendo espectáculo de sonidos sin sentido, aleatorios, sin saber a qué oídos llegar.
Piensas, la vida puede ser genial sin el suplicio de quererle, es genial esos momentos. ¿Le quieres? Tal vez le quisiste.
Difícil precipitarse al decir cuando dejaste de quererle, pues sigue inundando tus sueños. Le llamas, no contesta, solo quieres escuchar su voz, pero no le quieres... oh, pero cuánto lo hiciste.
¿Le echas de menos? Quzás fuese ese tu error, echarle de menos, quizás fuese él quién te echó de más.
Le crees martir de sus cadenas, grave error, no volverá. Aunque dejes sin pestañas hasta las muñecas de porcelana, no volverá, desear es inútil, y amar aún más.

jueves, 10 de mayo de 2012

Distancia.


La distancia no hace el olvido, lo que no quiere decir que no dejes de querer a alguien si te alejas. El más probable resultado será que dejes de querer a una persona cuanto más te alejes de ella, pero básicamente porque no será la misma de lejos.
También está la parte dura, el cómo alejarte, porque sabemos que lo que te da, no te lo va a dar nadie; que te aporta cosas que no podrás ignorar por completo. Otra de las putadas que tiene es que no puedes evitar el pensamiento, si esa persona te echa de menos la has cagado. Las simples palabras "te echo de menos" de la boca de ÉL pueden matarte, hacer que te pienses dos veces si alejarte es buena idea y, aún sabiendo que posiblemente mejorará las cosas, pensar si de veras lo quieres hacer.
La parte mala de todo esto (como si lo anterior fuera muy bueno) es que siempre habrá una vuelta porque no eres solo tú, sois dos. Si esa otra persona intenta volver a "tenerte", vamos, lo que teníais antes, y lo consigue o simplemente lo intenta lo suficiente como para recordarte al menos que es él, el que te enamoraba, el que pensaba igual que tú o el que compartía tu canción preferida..... si recuerda eso, entonces estás perdido, completamente perdido. (O enamorado lo que es un poco de lo mismo).