domingo, 18 de noviembre de 2012

Y aprendí que tu forma de odiarme eran solo las ganas de verme.




Te podría decir que mañana veremos el modo, pero nunca te quedas conmigo ni tampoco te marchas del todo...


Me mata el tiempo, las indecisiones. Me queman las ganas de besarte, de tu sonrisa. Me destroza el pensar que un día podría ser ella...
Y es que ahora, de noche, el silencio nos mata de ruido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario