Siempre has estado ante mí, con los ojos tapados, empeñados en no verse... Nunca te ví.
Intentamos jugar al gato y al ratón en casa del perro, pero no ganamos más que un puñado de golpes y unos cuantos moratones.
Estoy aquí aunque no me veas y aún te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario